29 abril 2007

Latinoamérica debe prepararse para el fin del auge comercial con China

La próspera relación entre América Latina y China no durará eternamente; la fuerte demanda de materias primas del gigante asiático tendrá que disminuir en algún momento y entonces la región tendrá que ser capaz de ofrecerle productos con mayor tecnología y valor agregado.

SANTIAGO (AFP) - Participantes del Foro Económico Mundial (WEF, en inglés) sobre América Latina que terminó el jueves en Santiago coincidieron en este enfoque, y aunque no se atreven a predecir cuándo se desacelerará la economía china, tienen claro que al final de ese ciclo de bonanza, América Latina tendrá que estar preparada para abrir otros nichos en ese enorme mercado.
Para el banquero y empresario chileno Andrónico Luksic, el continente está en el momento preciso para tomar decisiones de largo plazo o adoptar una estrategia común para profundizar no sólo el comercio con China sino también atraer inversiones.
Según Luksic, cabeza del grupo económico que maneja el Banco de Chile -el segundo más importante de la plaza-, se debe estimular a las compañías latinoamericanas a invertir en China y a los productores locales a agregarle valor a sus productos.
"La obligación de Latinoamérica es tratar de agregar valor a su materia prima", agregó.
"Debemos atrevernos a tomar riesgos, a viajar y no atemorizarnos por el 'gran dragón'. China nos necesita hoy", señaló.
Propuso crear un Consejo de Negocios sino-latinoamericano para impulsar las relaciones bilaterales y crear así una plataforma con información útil para adoptar decisiones comerciales o financieras.
El presidente de la compañía minera china Minmetals, Zhang Shoulian, abogó también por la extensión de los vínculos bilaterales.
"La manera en que China y América Latina colaboran es muy limitada. El comercio es la única, pero puede haber otras maneras para cooperar como la inversión directa, la transferencia tecnológica o el intercambio cultural", ejemplificó el ejecutivo.
Uno de los motores del crecimiento de América Latina (5,6% en 2006) han sido las exportaciones a China, principalmente de cobre y otras materias primas que requiere el gigante asiático para su proceso de industrialización.
El secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), José Luis Machinea, considera que el romance entre Latinoamérica y China aún tiene futuro.
"El romance no se va a acabar mientras China siga creciendo, y China seguirá haciéndolo por un tiempo más", comentó a la AFP, advirtiendo sin embargo que "en algún momento va a terminar la fase masiva de su proceso de industrialización".
En ese momento, explicó, China pasará a otro nivel de desarrollo, en el que disminuirá la demanda de materias primas y crecerá el sector de servicios.
"Cuando China llegue a otros estadios de desarrollo, como el de los países europeos, crecerán los servicios, y los servicios no demandan materias primas", advirtió.
Por eso, insistió, "hay que aprovechar la oportunidad que tenemos ahora para ver cómo agregarle un poco más de valor y conocimiento a las exportaciones".
"Este es el gran desafío que tiene la región, más allá de los beneficios de corto plazo", advirtió.
Pero para el ex ministro de Desarrollo, Industria y Comercio de Brasil Luis Fernando Furlan, el paso de China a otro nivel de desarrollo, con el crecimiento de la clase media, ofrece nuevas oportunidades para los productores.
De momento -planteó- las relaciones entre China y América Latina son complementarias, condición que puede mantenerse en el tiempo, siempre y cuando se amplíe la oferta de productos.
En el escenario actual de bonanza, la consigna es capitalizar los buenos resultados del intercambio comercial de materias primas. Por ejemplo, es imprescindible que Latinoamérica mejore su infraestructura, como otra medida para ser más competitiva.
"Tenemos que mejorar la infraestructura de nuestros países para reducir los costos de exportación", aseguró.
El volumen del comercio entre América Latina y China, que era de 200 millones de dólares en 1975, creció hasta 70.200 millones en 2006 y se prevé que a final de este año aumente a 80.000 millones.
El presidente chino, Hu Jintao, previó que ese volumen podría superar los 100.000 millones de dólares en 2010.Fuente: AFP

24 abril 2007

La transición dominicana: un desafío cultural

Por: Enrique Soldevilla

“…la batalla que permitirá el verdadero salto cualitativo hacia el desarrollo nacional dominicano debe ser librada en la mentalidad de la gente, lo cual constituye un desafío para los medios de prensa, para las instituciones de enseñanza y para las organizaciones de la sociedad civil, al convertirse éstos en protagonistas naturales del impostergable proceso de cambio cultural…”

En la República Dominicana está ocurriendo un tránsito de la democracia representativa hacia la democracia participativa. Y en ese transcurso, como siempre ha ocurrido en la historia, lo viejo tiende a impedir el advenimiento de lo nuevo.
El reto de esa transición plantea un dilema cuya solución es crucial: o son superados los modos obsoletos de gestión política o el país quedará rezagado hasta degenerar en un Estado fallido, al igual que ocurre lamentablemente con Haití, por citar sólo un ejemplo próximo a los dominicanos.
Ese dilema es expresión de crecimiento, de maduración de la democracia en tanto sistema político que, a pesar de sus debilidades, ha demostrado una indudable capacidad de auto regeneración a través de la historia.
Es importante comprender que en nuestros días la mencionada transición, ese paso de una dinámica democrática a otra más moderna, está determinada por un sistema jurídico-institucional exigido por las potencias hegemónicas mundiales, que marcan los derroteros de la globalización, cuando en otras regiones geográficas van desapareciendo las barreras nacionales para construir uniones supranacionales de estados, como es el caso de la Unión Europea, mientras que en otras regiones, económica y políticamente menos avanzadas, el proceso modernizador impulsado por la globalización origina una fuerte resistencia al cambio histórico-social.
Los tratados de libre comercio, la cooperación militar y la ayuda financiera internacional hoy están condicionados a una transformación esencial y obligatoria de las instituciones de los países en vías de desarrollo, así como a los modos de gestión gubernativa. Es por eso que, entre otras reformas en curso, la adopción del nuevo código procesal penal en la República Dominicana es considerada la piedra angular de la actual transición en el plano jurídico, en aras de administrar la justicia con transparencia en todas las etapas de un proceso y de respetar los derechos humanos. Asimismo se procura la profesionalización de la carrera pública, cuyo objetivo es conferirle continuidad al funcionamiento de los servidores del Estado independientemente del partido gobernante; otro paso en la dirección modernizadora es la promulgación de la ley de libre acceso a la información. Muy vinculado a ésta, se intenta el fortalecimiento institucional del país, la eliminación de la práctica de favorecer a proveedores como pago a su clientelismo político y el respeto a la disciplina de las licitaciones públicas, sólo comprometidas con el bien común.
Paralelamente emergen organizaciones de la sociedad civil como nuevos actores políticos de la democracia participativa, y se acentúa el discurso sobre la necesidad de inversión social y creación del desarrollo comunitario a través del micro crédito a la pequeña y a la mediana empresa.
En este diseño de institucionalidad y transparencia se legitima la independencia financiera del poder judicial, así como la creación del departamento contra la corrupción administrativa, aspectos de todo un conjunto armonizado que va configurando el nuevo sistema operativo de la democracia moderna, convirtiéndose en un “Windows” sociopolítico del siglo XXI.
Sin dudas ese proceso se hace más viable cuando se redefine y moderniza el marco jurídico del Estado, pero la batalla que permitirá el verdadero salto cualitativo hacia el desarrollo nacional dominicano debe ser librada en la mentalidad de la gente, lo cual constituye un desafío para los medios de prensa, para las instituciones de enseñanza y para las organizaciones de la sociedad civil, al convertirse éstos en protagonistas naturales del impostergable proceso de cambio cultural, porque si bien una modificación formal de las reglas del juego contribuye a que cambien algunas maneras de jugar, el objetivo supremo es crear una congruencia entre esas nuevas reglas y la conciencia transformadora de la actitud de los jugadores.
Un aspecto crucial de la batalla educativa es la persuasión acerca de los beneficios que se obtendrían al suprimir, por ley, la subvención estatal y privada a las organizaciones políticas, pues esa absurda práctica es fuente primaria de clientelismo y corrupción, deformaciones que bloquean el tránsito a la modernidad y tienden a perpetuar el subdesarrollo político.
El salto cualitativo de la transición dominicana se producirá, dentro del nuevo “Windows” de la democracia participativa, cuando quien controle el “mouse” apriete una tecla para eliminar la manutención estatal y privada de los partidos, para que los ciudadanos voten por aquellas formaciones políticas que, sin posibilidad de lucro mediante el erario público, beneficien con altruismo al sistema democrático, ese espacio de convivencia posible donde la gente deposita sus esperanzas de desarrollo y de bienestar.
hsoldevilla@gmail.com

18 abril 2007

El Estado debe promover crecimiento con justicia social, plantean expertos

Una sociedad no puede llamarse democrática si existe desigualdad, afirma David Ibarra durante un foro de especialistas celebrado en la UNAM bajo el lema "Hacia un nuevo pacto de desarrollo".

Por: JUAN ANTONIO ZUÑIGA, de La Jornada.

Ninguna sociedad puede llamarse democrática y justa cuando carece de un gobierno legítimo, manifestó el ex secretario de Hacienda, David Ibarra Muñoz. En tanto que Carlos Tello Macías, primer titular de la ex secretaría de Programación y Presupuesto, afirmó que el mercado sólo funciona a partir de la presencia y acción del Estado.
Ambos ex funcionarios del sexenio de mayor crecimiento económico de los últimos 35 años, participaron en el foro "Hacia un nuevo pacto de desarrollo", organizado por la Facultad de Economía de la UNAM, donde, desde diferentes enfoques, coincidieron por separado en la necesidad de recuperar la capacidad del Estado como promotor del crecimiento con justicia social.
Los dos ex funcionarios, también catedráticos de la UNAM, advirtieron que la desigualdad social y la inequitativa distribución de la riqueza constituyen el principal obstáculo al desarrollo político y económico del país.
Ibarra Muñoz sostuvo que es necesario superar el debate ideológico entre Estado Y mercado pues no se trata de tomar partido a favor de cualquiera, "sino de considerarlas como instituciones indispensables, una para ganar eficiencia y competitividad, la otra para asegurar el equilibrio social y la armonización de las demandas ciudadanas con las de la apertura y las de la elite".
Una reforma institucional, dijo, "debiera conducir a la reconstrucción del pacto social, esto es, a crear normas e instrumentos encaminados a fortalecer el mercado interno, el empleo, la inversión y, sobre todo, la reducción de la población marginada. Atender las demandas ciudadanas supone poner coto al desmantelamiento del Estado".
Agregó que "la transición económica depende en mucho de sus consecuencias distributivas y de la capacidad del gobierno en dar voz al 40 por ciento de la población pobre o al 40-50 por ciento de los trabajadores excluidos y en atender los conflictos inevitables del cambio".
El exsecretario de Hacienda, que introdujo el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en la estructura tributaria del país, manifestó: "en principio, no hay Estado que pueda llamarse legítimo a menos que corrija esta situación de desigualdad. Y, ninguna sociedad puede llamarse democrática y justa cuando carece de un gobierno legítimo."
Por separado, durante su participación en otra mesa del mismo foro académico, Carlos Tello Macías, ex embajador de México en Cuba, Portugal y la Unión Soviética planteó que "el mercado sólo funciona a partir del Estado" y ubicó la disyuntiva presente en cómo sumarlos y no en excluir a uno u otro.
Explicó que no hay un tamaño óptimo del Estado y que la participación de éste en la economía es de carácter cualitativo y no cuantitativo. En el mismo sentido apuntó que tampoco hay un modelo único u opción que combine el crecimiento económico con la justicia social.
"De lo que se trata es de encontrar las distintas combinaciones y formas de organizar el esfuerzo nacional, en un mundo globalizado, en función de requerimientos de desarrollo y transformación económica bien establecidos", dijo e inmediatamente aclaró que eso "sólo es posible con un Estado fiscalmente fuerte, capaz de convocar y sumar". Porque en el centro de todo ello está la cuestión del financiamiento del desarrollo: el conjunto de acciones y decisiones que aseguren y fortalezcan los recursos internos y externos.
Como preámbulo, quien también fuera director general del Banco de México en 1982, deslizó que "lo que hoy sucede en México se puede entender mejor a partir del estudio y análisis de lo mucho que se hizo para conformar la nación que hoy tenemos" y recordó que "no todo empezó con el siglo que acaba de iniciarse".
Carlos Tello Macías hizo un breve recorrido histórico de los esfuerzos para ordenar, fiscalizar y programar la actividad del sector público en México. Luego explicó que en las actuales condiciones del país "se requiere construir los acuerdos políticos necesarios para poner al servicio de un equitativo crecimiento las opciones que ofrecen las políticas fiscal, monetaria, crediticia y de relaciones económicas con el exterior."

08 abril 2007

Red global antiterrorista

En vista de que el terrorismo actúa mediante redes internacionales, europeos, estadounidenses y rusos se proponen crear una red global de defensa. Ese fue el tema de una reunión de alto nivel, celebrada en Berlín.
Ante una amenaza que afecta a todos por igual, lo único sensato es unir fuerzas para enfrentarla. Y eso es lo que pretenden hacer la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia. Con la intención de mejorar la cooperación en esta lucha se realizó en Berlín una reunión de alto nivel, a la que acudieron el secretario estadounidense de Seguridad Interna, Michael Chertoff, el ministro ruso del Interior, Rashid Nurgaliyev, el consejero presidencial ruso Viktor Ivanov y el comisario europeo de Seguridad y Justicia, Franco Frattini.
El ministro alemán del Interior, Wolfgang Schäuble, quien ofició de anfitrión, subrayó la coincidencia en el análisis de todos los presentes. Por ejemplo, hay consenso en la necesidad de mejorar la protección de "infraestructuras críticas" y preparar canales para que la ayuda recíproca pueda materializarse rápidamente en caso de emergencia.

El peligro nuclear

En Berlín se puso de manifiesto la convicción de que un golpe devastador a cualquiera de los países representados repercutirá también en los demás. "Un atentado contra alguno de nosotros tendría efectos que cambiarían la vida de todos", señaló Chertoff. El ministro estadounidense instó por ello a sus interlocutores a crear redes internacionales de protección. E hizo hincapié en un peligro especialmente inquietante: el de que grupos extremistas consigan material nuclear y lo utilicen en sus atentados.

"Debemos impedir que los terroristas consigan lo inconcebible, mejorando el intercambio internacional de información y desarrollando una red verdaderamente global para desbaratar el comercio ilegal con elementos radioactivos", afirmó Chertoff.

Delincuencia y terrorismo

En la reunión de Berlín se elaboró una especie de "hoja de ruta" para la cooperación contra el terrorismo, según definió los acuerdos el consejero presidencial ruso. En concreto, eso significa que ahora un grupo de trabajo habrá de elaborar un catálogo de medidas concretas para incrementar la colaboración. La intención es dar prioridad a los aspectos prácticos, dejando en segundo plano asuntos políticamente complejos, como intentar una definición conjunta de lo que es el terrorismo.

Entre los citados aspectos prácticos figura también el combate contra el crimen organizado que, en parte, está estrechamente ligado al terrorismo. Así queda de manifiesto, por ejemplo, en el tráfico de drogas en Afganistán, según destacó el consejero ruso Ivanov. De acuerdo con datos de la policía alemana, en ese país se produjeron el año pasado 6100 toneladas de opio, es decir, lo suficiente para producir 610 toneladas de heroína. A juicio de diversos expertos, los extremistas afganos utilizan el dinero obtenido de la venta de la droga para financiar su lucha contra las tropas internacionales.