Latinoamérica debe prepararse para el fin del auge comercial con China
La próspera relación entre América Latina y China no durará eternamente; la fuerte demanda de materias primas del gigante asiático tendrá que disminuir en algún momento y entonces la región tendrá que ser capaz de ofrecerle productos con mayor tecnología y valor agregado.
SANTIAGO (AFP) - Participantes del Foro Económico Mundial (WEF, en inglés) sobre América Latina que terminó el jueves en Santiago coincidieron en este enfoque, y aunque no se atreven a predecir cuándo se desacelerará la economía china, tienen claro que al final de ese ciclo de bonanza, América Latina tendrá que estar preparada para abrir otros nichos en ese enorme mercado.
Para el banquero y empresario chileno Andrónico Luksic, el continente está en el momento preciso para tomar decisiones de largo plazo o adoptar una estrategia común para profundizar no sólo el comercio con China sino también atraer inversiones.
Según Luksic, cabeza del grupo económico que maneja el Banco de Chile -el segundo más importante de la plaza-, se debe estimular a las compañías latinoamericanas a invertir en China y a los productores locales a agregarle valor a sus productos.
"La obligación de Latinoamérica es tratar de agregar valor a su materia prima", agregó.
"Debemos atrevernos a tomar riesgos, a viajar y no atemorizarnos por el 'gran dragón'. China nos necesita hoy", señaló.
Propuso crear un Consejo de Negocios sino-latinoamericano para impulsar las relaciones bilaterales y crear así una plataforma con información útil para adoptar decisiones comerciales o financieras.
El presidente de la compañía minera china Minmetals, Zhang Shoulian, abogó también por la extensión de los vínculos bilaterales.
"La manera en que China y América Latina colaboran es muy limitada. El comercio es la única, pero puede haber otras maneras para cooperar como la inversión directa, la transferencia tecnológica o el intercambio cultural", ejemplificó el ejecutivo.
Uno de los motores del crecimiento de América Latina (5,6% en 2006) han sido las exportaciones a China, principalmente de cobre y otras materias primas que requiere el gigante asiático para su proceso de industrialización.
El secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), José Luis Machinea, considera que el romance entre Latinoamérica y China aún tiene futuro.
"El romance no se va a acabar mientras China siga creciendo, y China seguirá haciéndolo por un tiempo más", comentó a la AFP, advirtiendo sin embargo que "en algún momento va a terminar la fase masiva de su proceso de industrialización".
En ese momento, explicó, China pasará a otro nivel de desarrollo, en el que disminuirá la demanda de materias primas y crecerá el sector de servicios.
"Cuando China llegue a otros estadios de desarrollo, como el de los países europeos, crecerán los servicios, y los servicios no demandan materias primas", advirtió.
Por eso, insistió, "hay que aprovechar la oportunidad que tenemos ahora para ver cómo agregarle un poco más de valor y conocimiento a las exportaciones".
"Este es el gran desafío que tiene la región, más allá de los beneficios de corto plazo", advirtió.
Pero para el ex ministro de Desarrollo, Industria y Comercio de Brasil Luis Fernando Furlan, el paso de China a otro nivel de desarrollo, con el crecimiento de la clase media, ofrece nuevas oportunidades para los productores.
De momento -planteó- las relaciones entre China y América Latina son complementarias, condición que puede mantenerse en el tiempo, siempre y cuando se amplíe la oferta de productos.
En el escenario actual de bonanza, la consigna es capitalizar los buenos resultados del intercambio comercial de materias primas. Por ejemplo, es imprescindible que Latinoamérica mejore su infraestructura, como otra medida para ser más competitiva.
"Tenemos que mejorar la infraestructura de nuestros países para reducir los costos de exportación", aseguró.
El volumen del comercio entre América Latina y China, que era de 200 millones de dólares en 1975, creció hasta 70.200 millones en 2006 y se prevé que a final de este año aumente a 80.000 millones.
El presidente chino, Hu Jintao, previó que ese volumen podría superar los 100.000 millones de dólares en 2010.Fuente: AFP
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